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domingo, 30 de enero de 2011

La Confianza: El poder de Moisés


El sentimiento emocional de esta mitzvá es el de infinita “confianza” (bitajón) en Di-s. Como se explicó anteriormente, la confianza es la experiencia interna del poder de netzaj (“eternidad”, “victoria”), correspondiente al alma de Moisés, a través de quien Di-s entregó la Tora a Israel.
Está dicho de Moisés: “El fue el primer redentor y será el último redentor”. Se nos enseña en jasidut que la primera redención de la tierra física de Egipto es principalmente de la esclavitud espiritual. La redención final, por el otro lado, es sobre todo del “Egipto” espiritual, o sea del “exilio” y los encierros espirituales. Incluso un judío observante, que transita en general por los caminos de la Torá, puede estar no obstante en un estado de exilio espiritual (en la terminología del jasidut “el Egipto de santidad”). La chispa interior del alma puede seguir estando prisionera, incapaz de revelarse y expresarse. Moisés, “el redentor final” –como el Mashíaj– vendrá a sacar todas las almas de todos los estados de exilio. El vendrá a revelar la verdad final en el alma de cada judío: “Yo soy Di-s, tu [personal] Di-s”.
Dos Estados de Redención
En particular, la diferencia entre “quien te sacó de la tierra de Egipto” y “fuera de la casa de la esclavitud” (ver texto completo del primer mandamiento), es que la redención de “la tierra de Egipto” implica la capacidad de expresar nuestra voluntad propia e independiente, nuestro poder de libre albedrío, que es el prerrequisito para el cumplimiento de todos los mandamientos de la Torá. La redención “fuera de la casa de la esclavitud” implica que en definitiva ningún judío está subordinado a ningún poder o persona. Aunque la Torá nos ordena designar un rey, sin embargo enfatiza que esto sólo puede hacerse luego de que aceptemos inequívocamente sobre nosotros el yugo del reinado celestial. Luego podremos ampliar el reinado de Di-s incluyendo el reinado de un ser humano, un rey verdadero dedicado a manifestar el reinado de Di-s sobre la tierra. De esta manera, el judío esencialmente está subordinado solamente a Di-s. Sólo Di-s está sobre él. Sólo como una prolongación, devoto y entregado a la voluntad de Di-s, podrá poner un maestro humano que le enseñe y lo rija (un “gobierno no antagónico al “yugo de la Torá”, sino realmente parte de él).


Centro de difusión de Cabalá y Jasidísmo del Rabino Itzjak Guinsburgh Shlita

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